Relaciones laborales

Mi último trabajo fue hermoso y desgastador a la vez. El contacto lo conseguí por un ex novio mío, al principio era de vez en cuando, servía al ser estudiante, me dejaba mucho tiempo durante la semana para estudiar. Después de una etapa oscura me empezaron a llamar realmente seguido. Mejor para mí, mantenía la mente ocupada.

La gente que me conocía, lo tomaba a la ligera porque capaz trabajaba tres o a lo sumo cuatro días a la semana, pero cabe destacar que lo hacía de 10 a 15 horas promedio, las condiciones no eran las mejores, ni tampoco la paga, pero me había ayudado cuando lo necesite, a veces me tocaban eventos de primera, me caía bien el gordo (mi jefe) y mis compañeros de laburo. Y eso lo destaco.

Cuando pasas más de 10 horas seguidas en un ambiente de 10 mts. x 10mts. con dos o tres personas o te llevas bien o no volves a trabajar en ese lugar. Y la verdad que a pesar de hacernos cambios seguidos de toque hice buena onda, había ganado un sobrenombre enseguida y me llevaba bien con todos.

Y es raro como es en estas situaciones que tus compañeros te terminen conociendo tanto o más que amigos de toda la vida, que les cuentes tus cosas enseguida, que se den cuenta de tus mambos y te encariñes con ellos. Son relaciones raras y especiales porque son de complicidad también, te conocen con el peor humor, con la peor ropa (en nuestro caso) , con hambre, sueño, cansados, es decir todo lo que no queres que vea el resto de nuestros mundos pero ellos lo veían y era realmente lindo.

A dos les guardo especial cariño, una es mi tentación colorada, amiga de copas y borracheras furiosas y el otro mi amor platonico ... Sherman, de el estuve enamorada por como me cantaba Morrisey y Johnny Cash mientras trabajabamos, como me contaba su novela amorosa y yo la mía, pero con el que jamás hicimos nada. Luego al tiempo cuando se puso de novio, le confesé lo que sentía y obviamente me dijo que se había dado cuenta y que se había arrepentido. Soy la más obvia del mundo cuando me gusta alguien.


Eventualmente dejaron de ubicarnos juntos, yo trabajaba en una punta de la ciudad y ellos en la otra, luego al jefe le agarro un ataque de presión y la mujer decidió cambiarnos. Con la tentación colorada nos seguimos viendo seguido y compartiendo noches pero con Sherman nos separo la distancia, la vida, el trabajo pero siempre sera mi amor platónico, el que me cantaba serenatas bajo la luna de Belgrano.



Y es hoy día que a uno le agarra melancolía vio.